El profesor Francisco El\u00edas de Tejada y Sp\u00ednola, nacido en Madrid, pero de patria extreme\u00f1a, en 1917, catedr\u00e1tico de Derecho Natural y Filosof\u00eda del Derecho de las Universidades de Murcia, Salamanca, Sevilla y Madrid, falleci\u00f3 en este \u00faltima ciudad en febrero de 1978. Autor de tres centenares cumplidos de monograf\u00edas y art\u00edculos, en sede de filosof\u00eda pr\u00e1ctica, derecho p\u00fablico e historia de las ideas pol\u00edticas, se halla probablemente entre sus m\u00e1s destacados cultores durante la segunda mitad del siglo XX. Adscrito al pensamiento tradicional espa\u00f1ol es tambi\u00e9n, en el mismo per\u00edodo, una de las cimas del tradicionalismo carlista, con Rafael Gambra y \u00c1lvaro d\u00b4Ors, con Juan Vallet de Goytisolo \u2013por m\u00e1s que \u00e9ste sin tinte estrictamente legitimista\u2013 y Francisco Canals. Y fuera de las fronteras peninsulares, pero siempre en la com\u00fan naci\u00f3n, con el chileno Osvaldo Lira, el brasile\u00f1o Jos\u00e9 Pedro Galv\u00e3o de Sousa y el estadounidense Frederick D. Wilhelmsen.<\/p>\n
En filosof\u00eda jur\u00eddica, am\u00e9n de abordar las relaciones del derecho con la moral y la pol\u00edtica dej\u00f3 eruditas consideraciones sobre los saberes jur\u00eddicos, en la l\u00ednea de afirmar la supremac\u00eda de la prudentia iuris<\/em> (jurisprudencia entendida como saber filos\u00f3fico) respecto de los saberes t\u00e9cnicos y puramente cient\u00edficos. En teor\u00eda pol\u00edtica y derecho p\u00fablico se le debe la indagaci\u00f3n de las causas de diferenciaci\u00f3n entre los pueblos, con la revalorizaci\u00f3n de la tradici\u00f3n<\/em> frente a la naci\u00f3n<\/em>, y el desarrollo del modelo institucional de la monarqu\u00eda tradicional, cat\u00f3lica y representativa. Finalmente, en historia de las ideas pol\u00edticas, persigui\u00f3 con af\u00e1n la indagaci\u00f3n de lo hisp\u00e1nico, en el sentido amplio pre-estatal que expresa la voz, por \u00e9l relanzada, de \u201clas Espa\u00f1as\u201d, con el fin de levantar la traza de su ejecutoria en el tiempo; as\u00ed como verti\u00f3 sus muchos saberes por los universos culturales m\u00e1s variados (Escandinavia, Extremo oriente, \u00c1frica negra, etc.).<\/p>\n Su obra qued\u00f3 incompleta con su muerte temprana, pues del gran tratado iusfilos\u00f3fico apenas, eso s\u00ed, en un par de miles de p\u00e1ginas, pas\u00f3 de las primeras lecciones. Y en la gran historia de la literatura pol\u00edtica en las Espa\u00f1as s\u00f3lo lleg\u00f3 a completar los tiempos medios y de modo fragmentario algunas de las piezas correspondientes a la edad moderna. Su forja te\u00f3rica, empero, queda como uno de los arquetipos del tradicionalismo hispano, de ra\u00edz cat\u00f3lica, matriz tomista y afirmaci\u00f3n foralista, distante de los desvar\u00edos europeos regalistas, ontologistas y centralistas. Y sus empresas, herc\u00faleas, lo presentan como uno de los campeones del legitimismo espa\u00f1ol carlista. Pues a su quehacer objetivado en la obra escrita, se suma su escuela universitaria y su red de contactos a lo largo de todo el mundo, alimentada por sus viajes incesantes. As\u00ed, en los a\u00f1os cincuenta anim\u00f3 la revista Reconquista<\/em>, publicaci\u00f3n de gran calidad y originalidad, puente hacia los hermanos lusitanos, con la colaboraci\u00f3n del inolvidable profesor paulista Jos\u00e9 Pedro Galv\u00e3o de Sousa, cultor del derecho pol\u00edtico en clave realista. Tambi\u00e9n, con las ediciones Montejurra<\/em>, que \u00e9l pag\u00f3, contribuy\u00f3 a rehabilitar intelectualmente el carlismo espa\u00f1ol, reagrupando a sus plumas hist\u00f3ricas y doctrinales m\u00e1s cotizadas, y abriendo el horizonte a otras afines. Tarea que prosigui\u00f3 en los a\u00f1os sesenta, con el Centro de Estudios Hist\u00f3ricos y Pol\u00edticos \u201cGeneral Zumalac\u00e1rregui\u201d<\/em>, a trav\u00e9s de la convocatoria de diversos congresos y jornadas, en particular los dos grandes Congresos de Estudios Tradicionalistas, de 1964 y 1968. En los a\u00f1os setenta, finalmente, la Asociaci\u00f3n Internacional de Iusnaturalistas Hisp\u00e1nicos \u201cFelipe II\u201d<\/em>, nacida tras las I Jornadas Hisp\u00e1nicas de Derecho Natural, reuni\u00f3 a buena parte de sus disc\u00edpulos y amigos de todo el mundo, especialmente hisp\u00e1nico, y en particular hispanoamericano y napolitano. El primero desapareci\u00f3, incorpor\u00e1ndose junto con la segunda al Consejo de Estudios Hisp\u00e1nicos \u201cFelipe II\u201d<\/em>.<\/p>\n Su escuela universitaria se volatiliz\u00f3 con la desaparici\u00f3n del maestro, en parte por la evoluci\u00f3n de los disc\u00edpulos, hu\u00e9rfanos de su orientaci\u00f3n, y tambi\u00e9n por la adaptaci\u00f3n de buena parte de ellos al signo del cambio acelerado que a la saz\u00f3n sufr\u00eda Espa\u00f1a.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" El profesor Francisco El\u00edas de Tejada y Sp\u00ednola, nacido en Madrid, pero de patria extreme\u00f1a, en 1917, catedr\u00e1tico de Derecho Natural y Filosof\u00eda del Derecho de las Universidades de Murcia, Salamanca, Sevilla y Madrid, falleci\u00f3 en este \u00faltima ciudad en febrero de 1978. Autor de tres centenares cumplidos de monograf\u00edas y art\u00edculos, en sede de … Seguir leyendo El profesor Francisco El\u00edas de Tejada y Sp\u00ednola<\/span>